Bienvenidos estudiantes que cursan primer y segundo grado en este nuevo año 2011. Este será un nuevo espacio para el aprendizaje de todo lo que conoceremos en nuestra clase de HISTORIA. No te olvides de revisar este blog un día antes de tu clase de Historia. Muchos éxitos

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Segundo año. Banda Oriental

L a Bando Oriental: “tierra sin ningún provecho”
“Carente de minerales preciosos, sin especies vegetales o animales de rendimiento apreciable y poblado por un corto número de indios salvajes, la Banda Oriental fue rotulada como tierra sin ningún provecho por los españoles... nuestro país no ofrecía las posibilidades de enriquecimiento rápido y magnífico, tal como la ansiaba el conquistador. El indio cazador, pescador y recolector no proporcionaba la mano de obra necesaria, ni la tierra daba la abundancia que el ánimo señorial del conquistador exigía. Por ello. La ocupación efectiva de la Banda Oriental no la realiza el conquistador, sino el colono, de modo tardío y paulatino, en el correr de los siglos XVII y XVIII. Son hombres de humilde origen social..., muchos de ellos criollos desplazados de las orillas rioplatenses, los que iniciarán la sociabilidad civilizada en nuestro país...
... en nuestro país el ganado precedió al colono, ya que solamente después de la introducción del vacuno se produce la influencia de los hombres blancos.

Pradera, Frontera y Puerto.
“Ignorada por los buscadores del estrecho y por la “Sierra del Plata” durante un largo siglo, la Banda Oriental afloraría, al fin, en el horizonte mental de los conquistadores, a partir del momento que “las minas de carne y cuero” la transformaron de tierra sin ningún provecho en la “pingüe vaquería del mar”.
Fueron la pradera primero, y luego la frontera, como límite de posesión jurídica y política de los dos imperios ibéricos y como ámbito de desarrollo, expansión y choque de intereses económicos y fuerzas sociales, las que gestaron, en el puerto de Montevideo, la ciudad murada y el emporio mercantil.
Al comenzar el siglo XIX , pues, estaban dadas ya las tres constantes de la ecuación -histórica de la tierra oriental: la pradera, la frontera y el puerto; y una, -la frontera- hija del tiempo y del propio drama de los hombres; pero las tres, inexorablemente imbricadas en la textura de los hechos...
Para la pradera y sus hombres, la frontera no pudo nunca tener –mas allá de la presencia itinerante de los fuerte y guardias militares- el carácter de un límite, de una marca divisoria entre dos extraños. Fue por el contrario, ámbito frecuentado, mundo de relación continua y prolongada ...Fue mundo del contrabando, del intercambio y del negocio, de la verdad geográfica en contradicción con la norma legal...
Para la ciudad, en vez, la frontera era una necesidad. Demarcarla, poblarla, defenderla y cerrarla constituían su preocupación fundamental para sujetar el territorio de la banda a su puerto a aduana únicos, imponiéndole la ley de su mercado”

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